sexta-feira, 22 de julho de 2011

El desierto


El desierto abrió sus bocas secasy esperó
en silencio cobijó
la vida
como grietas de un tiempo
impenetrable

Sin pausa esperó
las lágrimas calientes del cielo
que un día llegarían

Entonces
ese día
el agua chorreó en las piedras
derritió los abismos vacíos
de tanto nada
y el sol vino

Sin prisa besó la arena
y le dio un color y una música
para saciar la ausencia
y una flor de cristal
y esperó
sin prisa esperó
la vida

Y la arena cantó de alegría
desbordó las entrañas resecas
se vistió de rocío
y saludó al sol con sus brazos
ansiosos
de tanta espera
y los charcos se volvieron ríos
manantiales
torrentes
corriendo incontenibles
hacia el mar

Y la vida brotó de los pozos
hirvientes
y trajo la floresta.